El uso de protector solar es importante para prevenir el envejecimiento prematuro de la piel, reducir el riesgo de desarrollar carcinoma de células escamosas y melanoma, estimular la síntesis de vitamina D y la producción de melanina, reducir la tensión arterial, evitar la aparición de manchas y proteger contra los dañinos rayos UVA/UVB.
Los riesgos de no usar protector solar incluyen quemaduras solares, alergia al sol, trastornos de la pigmentación, acné, fotosensibilidad, fotoinmunosupresión y posibles alteraciones del sistema endocrino. Además, la exposición excesiva al sol puede causar envejecimiento prematuro con arrugas, líneas de expresión en la cara, manchas oscuras y daños a la piel.
Para elegir un protector solar adecuado, los dermatólogos recomiendan buscar un producto con un factor de protección solar (SPF) de 30 o 50. También es importante verificar que el protector solar sea resistente al agua, y que contenga filtros UVA y UVB para bloquear los rayos ultravioleta. Al aplicar el protector solar, se recomienda evitar la parrilla si se usa en aerosol y esperar a que se seque antes de entrar al agua.